jueves, 18 de abril de 2013


Los desplazamientos temporales por placer o "viajes desinteresados" del turismo elitista del siglo XIX y comienzos del XX implicaban, más que la búsqueda del Otro, el reconocimiento (y no necesariamente conocimiento) de "lo que se debe ver", lo que está de moda (invención social moderna) y de todo lo que simbolizaba mayor estatus y distinción.
Ser parte de la Leisure Class, de la élite privilegiada y aristocrática (inicialmente contraria a la ética del trabajo de la burguesía) era ya símbolo de poder económico y cultural.



 En el verano Europeo de fines del siglo XIX y comienzos del XX, las estaciones elitistas termales y balnearias, fueron el embrión del turismo masivo de sol y playa de la segunda mitad del siglo XX. (Ver: Boyer, M. (2002), El turismo en Europa, de la Edad Moderna al Siglo XX,

Historia Contemporánea, (25), 13-31.)






La película de Visconti, "Muerte en Venecia", permite recrear el ambiente y las costumbres de estos primeros turistas de sol y playa provenientes de la aristocracia europea.
 
 

1 comentario:

  1. Según Boyer (2002), desde el XVIII hasta aproximadamente
    1930 los destinos de Ocio de la élite aristocrática, tuvieron una clientela de rentistas: "...el 85% eran rentistas o propietarios. Eran de edad muy diversa y jamás indicaban actividad profesional alguna. Una décima parte estaba formada por clérigos, hombres de leyes y oficiales. Se observa, pues, que esta composición de los turistas estaba muy unida a la antigua división de la sociedad en estamentos. De hecho, el turismo no era practicado
    por quienes daban a la economía su dinamismo industrial capitalista,de suerte que comerciantes e industriales son raros en estas listas." (p. 21). Por lo que es un error creer que en esa época era la clase burguesa la que disfrutaba del Ocio.

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